La lucha contra la desigualdad: ODS10 del Pacto Mundial

La riqueza acumulada por los multimillonarios que hay en el mundo se ha disparado por los efectos financieros de la crisis del COVID, lo que ha provocado un aumento de la desigualdad, especialmente donde la mitad más pobre de la población posee sólo el 2% de los activos. La riqueza de 520.000 personas, que constituyen el 0,01% más rico de la población, ha aumentado relativamente este año hasta representar el 1% del total mundial, según ha destacado el Laboratorio de las Desigualdades Mundiales en su estudio comparativo publicado en 2022.

El 10% más rico de la población española gana de media ocho veces más que las que forman parte del 50% más pobre, pero a pesar de todo, es una de las brechas menos visibles del mundo y en la misma medida que en otros países europeos. Este estudio refleja que la renta media de los adultos en 2021 en España es de 30.600€, casi el doble de los 16.700€ a nivel mundial.

Los ingresos del 10% más rico son 38 veces superiores a los del 50% más pobre, cuando en 1820 esa brecha era prácticamente la mitad.

Los autores del estudio presentan en esta edición un nuevo indicador sobre la brecha de género que muestra que las mujeres en términos globales perciben menos del 35% de los ingresos de trabajo y que, teniendo en cuenta que en 1990 ganaban cerca del 30%, el progreso en estos tres decenios ha sido «muy lento».

En este estudio también señalan que los ingresos y la riqueza están directamente relacionados con las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero, siendo el 0,01% de la población más rica, la responsable del 11% de esas emisiones.

Por ese motivo luchar contra la desigualdad es uno de los objetivos prioritarios del Pacto Mundial. El ODS 10 tiene como objetivo reducir la desigualdad de ingresos y oportunidades entre países: reducir la pobreza en las regiones más desfavorecidas del planeta, promover la inclusión social, económica y política de todos, especialmente los grupos vulnerables y la brecha de género, y promover políticas internacionales para mejor regulación y control de los mercados e instituciones financieras y alentando la cooperación al desarrollo y la inversión extranjera directa en las regiones que más lo necesiten.

Escrito porIsabel JiménezPresidenta de la
Fundación Luz Solidaria.