
Sin infraestructuras no puede haber una sociedad saludable. Los servicios esenciales, como la atención médica y la educación, precisan infraestructura. Las comunidades y las empresas necesitan tener acceso a bienes y mercados para funcionar y prosperar. La infraestructura debe responder a las necesidades de la sociedad.
Para alcanzar muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se han propuesto es indispensable contar con una infraestructura firme, funcional y sostenible: fuentes de energía fiables, disponibilidad de agua potable, educación, seguridad, servicios sociales y económicos.
Pero es importante tener en cuenta el contexto general, tanto desde el punto de vista de las oportunidades como de los riesgos. Debemos apoyar el desarrollo, pero ¿y si algo sale mal? ¿En qué entorno actuamos? ¿Cuáles son los problemas del mundo actual? Por ejemplo, el cambio climático hace que los desastres naturales sean más frecuentes. Por consiguiente, la infraestructura sostenible no solo favorece el desarrollo, sino que también es esencial para la recuperación después de un desastre.
Si se invierte en infraestructura, educación y desarrollo de habilidades tecnológicas e innovadoras se puede mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos, además de hacerla más atractiva para las empresas y los trabajadores. Por otro lado, la inversión en tecnología e innovación puede impulsar el crecimiento económico y crear empleos de alta calidad.
Invertir en I+D+i es clave para el desarrollo económico y social, pero en un país en el que el 99,9% de las empresas son pymes y micropymes, no todos los agentes del sector productivo disponen de los medios necesarios para acometer esa inversión.
Esta imagen y la de cabecera muestran una planta depuradora de agua.
Para ello, resulta fundamental crear nuevas industrias que hagan frente a la creciente demanda de estos servicios y garanticen más puestos de trabajo. Pero…¿cómo pueden las empresas afrontar este desafío? Las organizaciones tienen la oportunidad de contribuir con este ODS de manera interna y externa:
- Internamente: innovando en productos, servicios, instalaciones aplicando criterios de sostenibilidad; impulsando las nuevas tecnologías y generando alianzas con organizaciones.
- Externamente: apostando por instalaciones sostenibles para todos los empleados, clientes y proveedores; utilizando tecnologías disruptivas; reduciendo las emisiones de CO2 y la contaminación, promoviendo la eficiencia energética.
Las empresas que apuesten por innovar y crear industrias más sostenibles y resilientes serán más competitivas, pero también crearán entornos más saludables para empleados, clientes y grupos de interés.